Sándwiches con formas circulares, uvas, rosquillas, quesitos, tortitas… ¡fue un despliegue de imaginación!
Cada niño presentó a sus compañeros lo que había preparado en casa y a continuación disfrutamos como cada día del almuerzo.
Nos gustó tanto esta actividad que os ofrecemos una pequeña muestra de lo que trajimos.
Comer sano nunca va reñido con hacerlo de forma divertida. ¡Esperamos que os guste!