
Primero nos ayudamos los unos a los otros a ponernos las «batas de pintor» y posteriormente nos presentaron los diferentes materiales que íbamos a usar. Teníamos papeles enormes en el suelo que eran los lienzos donde podíamos estampar tapones, esponjas, podíamos rodar cocos, estampar con papeles de los bocadillos, etc. ¡También hemos utilizado verduras de las que tenemos en la nevera de casa! Algunos amigos incluso soplaron pintura con pajitas. Pintamos con cualquier color e incluso mezclamos.
Nos hemos dado cuenta de que podemos usar muchos materiales diferentes para contar lo que queramos a través de la pintura, es decir, podemos utilizarla como medio de expresión. Como los grandes artistas, los profes expusieron nuestras obras de arte en el patio, convirtiéndolo así en un gran museo.
Nos lo hemos pasado genial y hemos disfrutado muchísimo.