Un día espectacular de sol y calor, daba sus primeros pasos ya en tierras abulenses, donde los amaneceres son fresquitos y más aún en la penumbra del bosque.
Hasta 111 componentes de la Escuela Airelibre, nos dimos cita en estos parajes tan mágicos para disfrutar de un agradable paseo por el interior del castañar.
Imagen entrañable, cuando visitamos al “Abuelo”, un castaño singular de más de 500 años que hizo las delicias de grandes y pequeños.
Después de casi dos horas de agradable paseo completamos la ruta circular y, ya de vuelta a los coches, pudimos comprobar cuánto había valido la pena el madrugón.
Nos dirigimos hacia un trozo de la historia. Los Toros de Guisando. Estas esculturas zoomorfas en piedra representan toros y cerdos que son una manifestación simbólica propia del pueblo de los Vetones a finales del siglo III a.C.
Otra vez a los coches, ahora la caravana del CRC se dirige a la pequeña localidad de Ramacastañas, pedanía de Arenas de San Pedro, cruzando todo el valle del Tietar y disfrutando de sus paisajes y sus pueblos, como Piedralaves o Sotillo de La Adrada, para la comida.
¡Parece que la gente tenía hambre!. Devoramos las viandas y nos preparamos para la Gruta de la Cueva del Águila.
El aspecto actual data en unos 12 millones de años, con formaciones espectaculares en su gran sala de unos 10.000 m2, entre ellas numerosas «excéntricas», coladas, estalactitas y cortinas colgantes de múltiples formas, algunas tubulares y estalagmitas constituidas gota a gota desde el suelo.
Impresionante cueva que a nadie dejó indiferente.
Sobre las 18:00 h dimos por concluida nuestra jornada, con la sensación de haber pasado un día muy especial.
Una vez más, agradecer a todos los presentes su interés y afecto.
Hasta la próxima.