En la actualidad son veintidós los países que están en guerra, mientras que el número de niños soldado que participa en ellas ronda los trescientos mil, según Unicef. Pero, ¿Realmente es justa la causa por la que luchan estas personas?¿Es necesaria la utilización de niños como simples peones al servicio de los poderosos, a los que lo único que les mueve es la avaricia y el poder, sin importarles quiénes perezcan en batalla?
Las guerras pueden estar determinadas por diversas causas, como pueden ser políticas, económicas, sociales, religiosas…
La mayoría de las guerras se producen en zonas con una fuerte división interna, aunque también existen varios conflictos internacionales.
Una de las guerras más sangrientas y duraderas es la Guerra de Uganda, que se libra desde 1986. El motivo que desató este conflicto fue el intento de instaurar un nuevo sistema religioso basado en los Diez Mandamientos y derrocar al dictador Yoweri Museveni. Esta guerra ya se ha cobrado la muerte de doscientas mil personas y hay más de dos millones de desplazados. Además, en este conflicto bélico se utilizan niños soldado, arrebatados previamente a sus familias. Debido a este hecho, la tasa de mortalidad infantil es superior al 13,6%.
Un conflicto interno puede desembocar en guerra por diversas causas, pero ninguna de ellas justifica la absurda pérdida de vidas humanas, ya sean hombres, mujeres o niños.
Pese a las devastadoras consecuencias de una guerra, todavía hay gente que defiende que se puede sacar provecho de las mismas, como la posibilidad de explotar los terrenos conquistados en batalla. Pero estas opiniones están movidas por la codicia, porque ¿Acaso es comparable el valor de vidas humanas con el de un yacimiento de petróleo?
Además de pérdidas humanas, las guerras provocan pérdidas económicas para ambos países, por la inversión en armas y en el sueldo de los soldados por no mencionar la posterior pérdida de infraestructuras de ambos países, que luego deberán ser reconstruidas. Un ejemplo de grandes pérdidas económicas en este tipo de circunstancias fue la guerra de Irak, en la que este país perdió en total más de treinta millones de euros en los campos mencionados anteriormente.
En resumidas cuentas, una guerra es un acto inútil que no ocasiona más que pérdidas tanto humanas como materiales, y estas personas no siempre luchan por una causa justa, porque como decía el escritor Jaume Perich: “Gracias a la guerra uno no sólo puede morir por sus ideales, sino que también puede morir por los ideales de otro”.
Sofía Gonzalo 4º B ESO