Hemos descubierto una cajita llena de telas muy divertidas, algunas son suaves como el terciopelo y otras, como la tela de saco, son un poco ásperas. Algunas nos las poníamos encima y no veíamos nada y otras, como la tela de velo, nos dejaban ver a través de agujeritos.
Nuestros sentimientos al tocarlas eran muy diferentes, unos nos aventurábamos enseguida y tocábamos todo sin ningún miedo y otros estirábamos un dedo con cuidado para ver que era aquello.
El silencio reinaba en clase pues estábamos muy atentos a lo que íbamos experimentando.
La estimulación sensorial en los más pequeños es muy importante pues a través de sus sentidos descubren el mundo que les rodea, por ello os invitamos, papás y mamás, a tener en casa una caja de tesoros.
Llenadla con cosas de la vida cotidiana que hacen que nuestros sentidos se disparen, así podemos dejar los juguetes convencionales de plástico a un lado para tener una tarde de juegos y aventuras viendo, sintiendo y descubriendo diferentes percepciones. Por ejemplo con lija, estropajo, una fregona, un bote de leche en polvo, cadenas, rulos,…